Presta rodar por estos lugares tan diferentes a los asturianos. Pista seca y senderos divertidos sin preocuparse del barro que a mí tanto me fastidia.
En la prueba salí alante rodando sin muchos agobios en torno a los 50 primeros de la general. Tras pasar la subida más importante afronto el descenso una trialera con fuerte pendiente. Un corredor que venía detrás mío me toca la rueda trasera y cae encima de mí. Nos fuimos al suelo, yo con un fuerte golpe aunque sin consecuencias en la rodilla. Nada más salir la rueda trasera pierde aire por culpa de un llantazo. Así que a reparar para volver a la carrera, mientras cambiaba tres vi tres caídas en el mismo sitio jejej. Luego rodé ya más tranquilo hasta meta pero cabreao por lo sucedido.