Momento previo a la salida
Unos 400 cicloturistas venidos de todos los puntos del estado se estábamos dispuestos a derrotar al gran coloso y como propugnaba el cartel de la prueba convertirnos en dioses.
Aunque el cielo estaba nublado, no llovía y el tiempo era cálido lo que animaba a pedalear. Salimos despacio de Riosa hasta llegar a Pola de Lena donde empezaba la dura Cobertoria, más dura aún que antes, debido a la remodelación de la carretera.
Decido tomármelo con calma pensando en lo que queda y en un posible reagrupamiento. Subo tranquilo. La niebla y el ligero orbayu aparecieron cerca de la cima. En Quirós, tras la bajada, enlazo con un pequeño grupito. Vamos tirando hasta Trubia. Al final no hubo el esperado reagrupamiento. Decido tirar por mi cuenta acompañado de un ciclista de Narcea. Cerca de Soto Ribera enlazamos con otro grupito y con Juan “Pravia” que había salido al encuentro. Fue un alivio ya que llevó el peso hasta el inicio del Angliru.
En la subida me encontré bien y fui subiendo sin excesivos agobios. La niebla lo cubría todo y no se veía a dos metros, mucho mejor. Afronto “La cueña” a duras penas haciendo eses. El final si que se me hace durísimo y a punto estoy de bajarme pero lo consigo. Arriba dejamos la niebla y sale un dorado y espectacular sol. Estamos en el cielo con los dioses.
El vencedor fue Mikel Azparren, ganador de la Qubrantahuesos, con un tiempo de 4 horas, 36 minutos y 52 segundos. Yo entré sobre el puesto 40. De los 398 corredores que tomaron la salida completaron la clásica 280.
Unos 400 cicloturistas venidos de todos los puntos del estado se estábamos dispuestos a derrotar al gran coloso y como propugnaba el cartel de la prueba convertirnos en dioses.
Aunque el cielo estaba nublado, no llovía y el tiempo era cálido lo que animaba a pedalear. Salimos despacio de Riosa hasta llegar a Pola de Lena donde empezaba la dura Cobertoria, más dura aún que antes, debido a la remodelación de la carretera.
Decido tomármelo con calma pensando en lo que queda y en un posible reagrupamiento. Subo tranquilo. La niebla y el ligero orbayu aparecieron cerca de la cima. En Quirós, tras la bajada, enlazo con un pequeño grupito. Vamos tirando hasta Trubia. Al final no hubo el esperado reagrupamiento. Decido tirar por mi cuenta acompañado de un ciclista de Narcea. Cerca de Soto Ribera enlazamos con otro grupito y con Juan “Pravia” que había salido al encuentro. Fue un alivio ya que llevó el peso hasta el inicio del Angliru.
En la subida me encontré bien y fui subiendo sin excesivos agobios. La niebla lo cubría todo y no se veía a dos metros, mucho mejor. Afronto “La cueña” a duras penas haciendo eses. El final si que se me hace durísimo y a punto estoy de bajarme pero lo consigo. Arriba dejamos la niebla y sale un dorado y espectacular sol. Estamos en el cielo con los dioses.
El vencedor fue Mikel Azparren, ganador de la Qubrantahuesos, con un tiempo de 4 horas, 36 minutos y 52 segundos. Yo entré sobre el puesto 40. De los 398 corredores que tomaron la salida completaron la clásica 280.
1 comentario:
Hola, buen blog, las fotos muy chulas, pero de donde has encontrado las fotos de la marcha?
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